Las escuelas y universidades son lugares donde los estudiantes pasan la mayor parte de su tiempo aprendiendo o realizando diferentes actividades. Por ello, deben ser lugares seguros, tanto para los profesores y alumnos como para los trabajadores.

La seguridad en las instalaciones educativas es una responsabilidad importante, que incluye el bienestar de los estudiantes, los profesores, el personal administrativo y los miembros de la comunidad que participan en la gestión y el mantenimiento de las instalaciones.

Los estudios han confirmado que la enseñanza, la investigación y el aprendizaje son mejores cuando todos se sienten protegidos. La seguridad de las instalaciones ha pasado de proteger sólo los activos a mitigar los riesgos. Este enfoque proactivo da a los estudiantes, profesores y padres la confianza que necesitan para seguir su vida diaria sin preocupaciones. Las herramientas adecuadas permiten a los operadores de seguridad fomentar un entorno de aprendizaje seguro en el que estudiantes y profesores prosperan.